martes, 10 de abril de 2018

El marxismo y la sociología II

II

En la publicación anterior terminamos hablando sobre las dificultades con las que se encontraba el marxismo al tratar de explicar algunos fenómenos sociales surgidos a principios del S.XX. Otras dificultades surgían desde el seno mismo de la sociología, pues tras casi un siglo desde el nacimiento de esta disciplina, sus construcciones teóricas, tanto las provenientes del marxismo como de otras corrientes de pensamiento, habían demostrado ser bastante endebles y poco precisas a la hora de describir y predecir el cambio en las sociedades. A esto se unía un aumento del número y complejidad de los elementos presentes en las sociedades occidentales, nunca antes visto en la historia y que continúa a día de hoy.

Bernstein, que se consideraba a si mismo positivista, trato de dotar a la teoría marxista de un carácter científico:

“…Mi modo de pensar debería convertirme en miembro de la escuela positivista de filosofía y sociología. Quisiera que se tomase mi conferencia Como es posible el socialismo científico como prueba de esta actitud mía…” 1

Esta concepción cientificista del marxismo fue la predominante durante finales del S.XIX y principios del S.XX, siendo adoptada por muchos pensadores y organizaciones, como la segunda internacional. Esta forma de entender el marxismo otorgaba a sus teorías la misma categoría que podían tener las de otras ciencias empíricas, como la física, de modo que se tendía a creer en un “determinismo económico” donde la transición al comunismo se veía como un hecho necesario e inevitable, que ocurriría a causa de unas leyes históricas que guiaban el curso de las sociedades, a la manera en que las leyes naturales determinan el curso del mundo físico:

…La sociedad burguesa trabaja tan esforzadamente en su destrucción que no tenemos más que esperar el momento en que recoger el poder que cae de sus manos (…) Es más, estoy tan convencido de que la realización de nuestros objetivos está tan cerca, que estoy seguro de que solo unos pocos de los aquí presentes no llegarán a vivirla” 2

Hemos dicho que Bernstein trato de poner en consonancia la teoría marxista con los cambios ocurridos en las sociedades occidentales, pero sería otro grupo de intelectuales los que desarrollarían con mayor profundidad la concepción del marxismo como una ciencia social, profundizando también en cuestiones éticas, los llamados austromarxistas, cuyas figuras más destacadas son Max Adler, Otto Bauer y Karl Renner. El propio Bauer describe así los rasgos fundamentales de este grupo:

… Si Marx y Engels partieron de Hegel, y los marxistas posteriores del materialismo, estos “austromarxistas” tomaban a Kant y Mach como fundamentos de reflexión. Al mismo tiempo, tuvieron que polemizar con la escuela austriaca de economía, lo que ayudo a conformar su método y estructura intelectual. Finalmente, en una Austria desgarrada por las luchas nacionales, tuvieron que aprender a aplicar la concepción marxista de la historia a un complicado conjunto de fenómenos que se resistían a ser analizados mediante un uso superficial o esquemático del método marxista” 3

Las aportaciones más importantes de este grupo de pensadores se encuentran en su análisis lógico del marxismo como teoría sociológica y la extensión de su capacidad explicativa a nuevos fenómenos sociales surgidos en su tiempo.
Max Alder defendía que Marx había sentado las bases para una sociología científica con su noción de “humanidad socializada”4 y que con ello posibilitaba la unificación de naturaleza y sociedad en el seno de un sistema de explicaciones causales. Paralelamente  a esto, decía que dicha teoría era compatible con la filosofía kantiana, siendo la obra de Marx una “crítica”  en el sentido kantiano de la palabra, critica mediante la cual podía formarse las categorías para comprender al hombre como ente socializado.
Pero Alder se distancia del kantismo en la medida en que no considera que el mundo de los acontecimientos naturales y los hechos sociales sea diferente al mundo de los juicios morales.
La filosofía kantiana había considerado que la reflexión ética era independiente y autónoma del mundo fenoménico, es decir, del mundo natural y social, perteneciendo más bien al plano del noúmeno, de la cosa en sí. De esta manera los juicios éticos eran independientes del contexto social, universalmente válidos y con autonomía respecto a la realidad sensible.
Frente a esta idea, que era aceptada por todo neokantiano, quienes consideraban que el marxismo necesitaba ser completado con una filosofía moral, Alder defendía que en la teoría marxista ciencia y ética se encontraban entremezcladas:

“…El mecanismo causal de la historia queda directamente transformado, mediante su comprensión científica, en una teleología, sin verse afectado por ello en su determinación causal. Basta con que el conocimiento científico de una determinada situación social se incluya, como causa, en ese mecanismo causal (…) Así, surge por fin la posibilidad de realizar una de las viejas quimeras filosóficas, el ideal de una política fundada en la ciencia, una técnica científica de la vida social…” 5

Es decir, una vez conocido científicamente el mecanismo que determina el devenir histórico, este mecanismo se convierte automáticamente en una teleología, en un principio por el que regir la conducta humana, pues al ser una ley científica y por tanto necesaria, nadie puede escapar de ella y sus consecuencias se realizaran lo queramos o no; se resalta así la función teórico-practica del marxismo, presente desde sus orígenes como una filosofía de la praxis "hasta ahora los filósofos han estudiado el mundo, ahora se trata de transformarlo". De manera que para establecer normas de comportamiento debemos basarnos en estas leyes que determinan el cambio histórico, solo conociéndolas, tomando conciencia de ellas y adaptándonos a su cumplimiento podemos formular juicios éticos universales y guiar nuestra conducta de manera verdaderamente autónoma (Aquí Alder, cual Spinoza moderno, nos habla de la libertad como una conciencia de necesidad)




1. Eduard Bernstein My years of exile: reminiscences of a socialist 1921

2. Acta del congreso del partido socialdemocratico alemán de Erfurt de 1891

3. Otto Bauer Austro-Marxismus publicado en 1927 en el periódico Arbeiter-Zeitung

4. “El hombre es, en el sentido más literal, un Zoon politikon [animal político], no solo un animal social, sino un animal que sólo puede individualizarse en la sociedad” Karl Marx introducción a la crítica de la economía política 1857

5.  Max Alder El aspecto sociológico de la teoría de Karl Marx 1927

domingo, 8 de abril de 2018

Marxismo y Sociobiología


El mundo se mueve por extremos. Resulta difícil encontrar alguna teoría en las ciencias sociales que no tenga su centro de gravedad puesto en un solo elemento, creyendo que este puede satisfacer las necesidades explicativas de un tema como la conducta.
De esta manera, en la sociología podemos encontrar distintas métodos de explicación, algunos muy relacionados con ciertas ideologías políticas, que polarizan sus tesis en torno a un solo concepto, determinante de la conducta. Dos de estos casos serían el marxismo y el determinismo biológico..

El marxismo, como teoría sociológica, es un determinismo estructural. El desarrollo individual viene determinado por la base económica, que está conformada por las fuerzas productivas y las relaciones de producción, las cuales generan una superestructura ideológica, jurídica y normativa sobre la que se configura el sujeto.
Así, el individuo no es más que un epifenómeno de estas estructuras, un ente cuya existencia subjetiva se determina, en última instancia, por el modo de producción en el que se desenvuelve. Se reduce el individuo a la sociedad.
Paralelamente, el determinismo biológico cree que para entender el comportamiento humano debemos de conocer las leyes biológicas que determinan la conducta, las normas sociales no son más que una "institucionalización" de estas leyes.
La sociedad actuaría a la manera darwinista; la cultura, que organiza nuestros comportamientos, favorece a los ganadores, al igual que la selección natural, de manera que los genes más aptos serían transmitidos hereditariamente.
La cultura actúa como filtro, pero el desarrollo del individuo viene determinado por su estructura biológica, que condicionara de manera esencial su desenvolvimiento en una determinada estructura económica o social. Se reduce el individuo a la biología.

Todas teorías plausibles y bien fundamentadas, pero pecan de una cosa: pecan de reduccionistas.
No hay una selección natural en la sociedad, pues la funcionalidad en la sociedad en contextual, es decir, para desarrollar óptimamente X cualidad biológica, deben de darse unas condiciones materiales que permitan su puesta en acto, de manera que lo que sería un talento en cierto contexto puede no serlo en otro, o incluso ser irrealizable.
Newton llego a ser Newton en la medida en que nació en un contexto que le permitió el acceso a los estudios, si no de nada habría servido su dotación biológica, Platón es Platón por haber nacido en una familia aristocrática, si hubiese sido un ilota espartano no habría desarrollado ningún sistema filosófico.
La sociedad no ofrece una selección natural optima, las capacitaciones predispuestas biológicamente muchas veces no pueden desarrollarse por causa de las circunstancias, es decir, la propia forma en que la sociedad se encuentra organizada puede hacer que el talento o la inteligencia se desperdician si no pueden operar en un entorno material que permita su optimo desarrollo.

Por ello, no se deben de entender las desigualdades sociales como producto de un mecanismo de  selección de los individuos más óptimos, pues estas diferencias materiales impiden el desarrollo de las cualidades objetivas del sujeto.
El componente biológico no basta en sí mismo para explicar la conducta o la configuración del carácter humano, pues la biología opera en un contexto social determinado, y las cualidades biológicas se desarrollan en la medida en que este contexto lo permite.
De esta manera, una superdotación biológica en alguna cualidad física, como la agilidad,  la precisión o la velocidad, resultaran de gran utilidad en las sociedades primitivas, como la de los indios hopi, y la sociedad, por su estructura interna, promocionara a esta clase de individuos
Mientras que una superdotación biológica en las capacidades cognitivas, como la memoria o el razonamiento, resultara significativamente menos útil para los indios hopi, pues su organización social se enfoca en tareas más físicas que intelectuales o técnicas
Por lo que una predisposición biológica superior a la media puede perderse si la sociedad no ofrece, de alguna forma, una medio material para su realización. Por ello, no podemos dejar que la sociedad actúe "por si misma" como una selección natural, sino que debemos organizarla y estructurarla de manera que permita sacar el máximo rendimiento a las capacitaciones biológicas de cada individuo. Barreras a esto son las desigualdades sociales, la privatización de la educación, la sanidad y demás servicios básicos y, en general, todo lo que impida a una persona su óptimo desarrollo individual por cuestiones económicas, políticas o de clase.
Para que la sociedad configure a sus miembros de la mejor manera posible, parece que debemos tener en cuenta lo que dice el famoso aforismo marxista: "De cada cual según sus capacidades, a cada cual según sus necesidades"

Hacia la época del neruocentrismo


Hace un tiempo que se apareció ante mi mente una idea la cual, no solo acepte con bastante entusiasmo y expectación, pues me parecía muy coherente he incluso obvia (dejando de lado algunas ideas que mi idiosincrasia personal  rechaza de por si, como idealismos o teísmos), sino que además utilicé para construir gran parte de mis reflexiones y razonamientos sobre ella. Esta escueta proposición dice así:
Todos los elementos constitutivos de la psique tienen una base material, concretamente neurológica.
¿Qué quiere decir esto? Que todos los fenómenos de la experiencia consciente e inconsciente de un sujeto(cualquier ser vivo con SNC), sus emociones, sentimientos, ideas, recuerdos, gustos, su carácter y en definitiva, todo lo que es a nivel mental, deriva de una estructura material: El sistema nervioso central.
Como ya he dicho, creo que es una proposición bastante aceptable y coherente, a la cual solo podrían oponérsele un par de objeciones:
-Alguna objeción de corte teológico, de que la mente es parte de un alma inmaterial y por  tanto no depende del cuerpo. Pero este tipo de objeciones, viniendo de las corrientes que sean: Cristianas, budistas, teistas y demás escuelas de pensamiento que afirmen la existencia de un alma inmaterial, entran fuera de mi consideración debido a mis propias creencias, pues yo no creo en la existencia de ningun tipo de energía y ente suprasensible, para mi todo es cuerpo, y eso creeré mientras se demuestre lo contrario (cosa que las citadas corrientes no han conseguido)
-La segunda objeción que se podría hacer seria acerca de la naturaleza de la psique, diciendo que esta puede ser una entidad inmaterial desligada del  cuerpo, un dualismo cartesiano donde mente y cuerpo, aunque se interrelacionen entre si, son al fin y al cabo, sustancias diferentes. Esto nos lleva a una consideración ontológica de la psique ¿Qué es la psique? Lo sabemos muy bien, pues no solo tenemos una, sino que además somos una, nosotros somos nosotros en la medida en que somos conscientes de ello, el cogito ergo sum se nos presenta en su máximo esplendor.  Pues pensemos, ¿Qué es la mente? No queremos ponernos muy técnicos, pero creo que todos convendremos en que en la mente hay ideas, recuerdos, intenciones, idealizaciones y una multitud de elementos y funciones que se organizan en ella para configurarla. Contemplando estos elementos y reflexionando sobre su naturaleza nos surge esta pregunta ¿Estos “objetos” que pueblan mi mente, existen realmente, como me parece existir el mundo externo, o son solo obra de mi mente, como la proyección lo es de un proyector?
Este debate no es algo que se pueda resolver en diez ni el diez mil paginas, es un debate que ha marcado la historia del pensamiento desde sus orígenes, y no esperamos darle respuesta definitiva aquí. Platon vs Aristoteles,  La polémica de los universales en el medievo, la antítesis idealista/materialista, la disputa por la cuestión ha sido larga, tediosa y no podemos asegurar que pueda resolverse. Lo que si que parece es que, en los últimos tiempos la respuesta se ha inclinado más por el lado de que estos elementos de la psique, no tienen una existencia objetiva, sino que son producto de unas estructuras fisiológicas concretas.  Los grandes avances en neurología ( y los pocos avances en las corrientes filosóficas o esotéricas que defienden los contrario) que cada vez va descifrando mayores secretos del cerebro y de como este se encarga de nuestras facultades mentales, hacen que yo me incline por esta idea materialista, a saber, de que toda explicación de la conducta tiene una fundamentación neurológica.
Una prueba muy fuerte de esto es un tema del que hablare en otro escrito, lo que yo llamo la reducción neurológica de las ciencias sociales:  Neuroeconomía, neuroética, neurosociología, nueropsicología y una larga lista de disciplinas que estudian la conducta de los  individuos que están subordinando sus estudios al campo de la neurología, algunos alcanzando resultados increíbles. Esto quizá no garantiza que la mente sea exclusivamente producto del cuerpo, pero si que tienen una relación muy estrecha, y en vista de la poca fuerza que, a mi parecer, tienen los argumentos que defienden la diferencia ontológica entre mente y cuerpo, frente a la fuerza y coherencia que afirman lo contrario, yo me decanto por estos últimos.
¿Qué consecuencias podemos sacar de aquí?  Aún es pronto para poder asegurar nada, es un campo nuevo  donde aún queda mucho por  descubrir, pero aceptando la idea propuesta en el  texto y viendo como se esta produciendo una reducción neurológica de las ciencias sociales, creo poder afirmar que nos acercamos a una época “neurologista” en el campo  de las ciencias sociales, de la misma forma que se produjo a principios del  S.XX  un periodo “fisicalista” donde se consideraba a la física como la ciencia por excelencia, gracias a los avances del relativismo y la teoría cuántica. Se tratara de explicar todo fenómeno que implique sujetos cognoscentes  mediante estudios neuronales; el  individuo se reduce a la neurona.

Seguiremos hablando de esto mas tarde, pero la parte teorica es solo la punta del iceberg,  pues de ser cierta la idea del texto (y yo creo firmemente en ella) ¿Qué implicaciones tendría?
Es imposible pensarlo:  Modificaciones cerebrales, implantes neurológicos, control de emociones, de recuerdos, de ideologías, de las regiones del cerebro que producen placer, dolor, la posibilidad de, conociendo la base material de la conciencia, las estructuras neuronales, poder conectarla a otro cuerpo o  incluso, a una red. Se viene una buena época para los transhumanistas...

sábado, 7 de abril de 2018

El marxismo y la sociología I

Como el titulo indica, este texto se trata de la primera parte de una serie de publicaciones donde tratare de exponer, de la mejor manera posible, la relación que ha tenido el marxismo y la sociología, sus mutuos aportes y discrepancias.


I

En el periodo que va desde la muerte de Marx (1885) al inicio de la primera guerra mundial, el marxismo era principalmente una teoría sociológica.
Esta idea fue promovida por Engels, representada en su Discurso  ante la tumba de Marx:

“Así como Darwin descubrió la ley del desarrollo de la naturaleza orgánica, Marx descubrió la ley del desarrollo de la historia humana: el hecho, tan sencillo, pero oculto bajo la maleza ideológica, de que el hombre necesita, en primer lugar, comer, beber, tener un techo y vestirse antes de poder hacer política, ciencia, arte, religión, etc.; que, por tanto, la producción de los medios de vida inmediatos, materiales, y por consiguiente, la correspondiente fase económica de desarrollo de un pueblo o una época es la base a partir de la cual se han desarrollado las instituciones políticas, las concepciones jurídicas, las ideas artísticas e incluso las ideas religiosas de los hombres y con arreglo a la cual deben, por tanto, explicarse, y no al revés, como hasta entonces se había venido haciendo”1

Esta idea, aceptada por algunos militantes como Kautsky, se convirtió rápidamente en el socialismo científico.
El marxismo suministró una explicación causal del devenir histórico en función de los cambios en los modos de producción, la formación de las clases antagónicas y la lucha entre ellas. El marxismo podía explicar causalmente el origen y desarrollo del capitalismo moderno con un análisis que se expresaba en forma de “leyes históricas”, de la que podía deducirse la necesaria desaparición del capitalismo y la igualmente necesaria transición al socialismo.

En el primer congreso de sociología realizado en 1894 varios participantes expusieron las teorías marxistas, y en el congreso de 1900, la discusión del “materialismo histórico” ocupo la mayor parte de los trabajos.
En esta época, Sorel publica un ensayo crítico sobre la sociología de Durkheim (quien se refería al materialismo histórico como "dogmatismo económico") mientras Labriola introducía el materialismo histórico en Italia.
La gran influencia del marxismo en el desarrollo de la sociología se puede apreciar en el lugar que ocupa en la obra de los principales pensadores de la sociología. Max Weber estableció una confrontación crítica contra el marxismo, ofreciendo una explicación alternativa al origen del capitalismo moderno y evaluándola en su estatus metodológico en su Interpretación económica de la historia. Pareto llevo a cabo un análisis sistemático de la teoría marxista, quedándose con algunos elementos, como la idea del conflicto de clases. Durkheim también presto atención al marxismo, haciéndole varias recesiones. En su curso de conferencias sobre el socialismo indica la estrecha relación existente entre el marxismo y la sociología.

“En tiempos más recientes, el socialismo se ha revestido progresivamente con un cierto ropaje científico. Es indiscutible que, de este modo, tal vez haya ayudado a la ciencia social más de lo que esta le ha ayudado a él, pues ha despertado una necesidad de reflexión, ha estimulado la actividad científica, ha espoleado la investigación y plantado problemas hasta tal punto que, en más de un aspecto, su historia está inseparablemente unida a la de la sociología” 2

Pero el marxismo entendido como teoría científica se encontraba con dos dificultades fundamentales, que pronto se convirtieron en causa de discusión entre los propios marxistas, el primero de ellos sería la controversia del “revisionismo”, surgido de la obra de Bernstein Los presupuestos del socialismo y las tareas de la socialdemocracia en 1899.
En primer lugar, si el marxismo es una ciencia positiva, sus conclusiones deben de basarse en alguna prueba experimental, algún tipo de descripción adecuada de los hechos sociales. La postura bernsteiniana pretendía señalar que las tendencias en la evolución de las sociedades capitalistas occidentales no coincidían con las que Marx había anticipado, por lo que la teoría estaba necesitada de modificaciones capaces de tomar en cuenta los cambios recientes.

“El campesinado no se está hundiendo, ni desaparece la clase media, las crisis no son cada vez mayores, la pobreza y la servidumbre no aumentan. Si se da, sin embargo, un aumento de la inseguridad, de la dependencia, de la distancia social, del carácter social de la producción y de la superfluidad funcional de los propietarios”

Bernstein examinaba con detalle los cambios económicos y políticos que, en su opinión, obligaban a una revisión de la teoría marxista. El aspecto más importante en esta parte se refería a la cambiante estructura de clases. En su opinión:
- La polarización entre las clases que Marx había anunciado no se había producido
- La concentración de capital en grandes empresas se veía acompañada por el desarrollo de nuevas industrias, pequeñas y medianas
- Aumentaba el número de propietarios
- La calidad de vida aumentaba
- Lejos de simplificarse, la estructura de las sociedades capitalistas se hacían más complejas y diferenciadas
Tras esto, pasa a considerar la cuestión de la crisis y el colapso económico:
- En su opinión, las crisis eran cada vez menos graves y más largos los periodos de prosperidad
- Numerosas influencias contrapesaban las fluctuaciones comerciales superando en parte la anarquía del mercado
- Pero el ciclo económico sigue actuando y subsiste una inseguridad generalizada, que según el nunca podría ser superada en el seno de un sistema capitalista

Por esto, Bernstein creía que la transición al socialismo no se llevaría a cabo mediante dramáticas luchas entre clases polarizadoras de la burguesía y el proletariado, sino de forma más gradual, por la impregnación del capitalismo de las instituciones socialistas puestas en pie por el movimiento obrero y sus aliados entre otras capas de la población.
Las respuestas ante esto fueron contundentes, especialmente la de Kautsky acerca de la crisis. La parte más ortodoxa del marxismo se dedicó a defender la idea del cambio social revolucionario frente a la transición progresiva de Bernstein, centrando su debate en aspectos más políticos que científicos.  A día de hoy estos temas siguen siendo objeto de debate.
La gran cuestión, en este caso, era la de como llevar a cabo un análisis sociológico adecuado del capitalismo moderno teniendo en cuenta los nuevos fenómenos sociales acontecidos en el seno de este sistema, como:
-  Las mejoras reales en la condición de la clase obrera en términos de consumo, trabajo y ocio al tiempo que se han mantenido considerables diferencias de patrimonio, de prestigio y de influencia política entre las clases principales
- El continuo crecimiento numérico de la clase media y el declive relativo de los obreros manuales en la industria
- La estabilidad económica y el crecimiento estable del capitalismo durante los últimos 30 años
- El decisivo papel del estado en el funcionamiento económico
- La extensión de la administración burocrática y el ascenso de los expertos técnicos
- La gran expansión de los servicios sociales
- Los cambios culturales que han originado nuevos estilos de vida y nuevos intereses políticos

¿Qué fuerza los ha producido?






1 F.Engels Discurso ante la tumba de Marx

2 Emile Durkheim, Le socialismo, París 1928

miércoles, 12 de julio de 2017

De los cooperativistas intransigentes

¡Basta de leyes! ¡Basta de jueces! La libertad, la igualdad y
la simpatía practica humana son las únicas barreras efectivas que
podemos levantar ante los instintos antisociales de ciertos
individuos que están entre nosotros.
Piotr Kropotkin Ley y autoridad


¡Ay! Cuanta energía transmite este texto, palabras como estas son las que hacen que a uno se le encienda el alma y se le apague el cerebro, y dejando atrás todo prejuicio u opinión acerca de la  condición humana, sus vicios y sus virtudes, se lance de cabeza al  activismo y a la lucha por la igualdad, la libertad y la fraternidad (¿sera que me habré vuelto francés?)
La emoción que provocan sensacionalismos de esta clase solo son comparables a la decepción del desengaño sufrido cuando uno va indagando en la  historia de estos "defensores de la libertad y la cooperatividad", y que hace que algunos de nosotros nos volvamos desconfiados, no solo ante esta clase de personas,  sino también ante los ideales que estos defienden. Pues son muchos los grupos o colectivos que se declaran defensores acérrimos de tales valores, pero todos, o casi todos a mi parecer, tienen una característica en común: La inmensa mayoría de las veces son completamente reacios a colaborar entre ellos, aun a pesar de perseguir objetivos afines y ponen por encima la defensa de su ideología a la  acción práctica y efectiva.
Sin duda, los caballeros por excelencia de tales valores son los que se tildan a si mismos de socialista u anarquistas,  y toda la  izquierda en general. Sobre los ideales de cooperatividad, igualdad,libertad y apoyo mutuo forjan sus espadas, que luego blandirán sin miedo ante un enemigo común: el estado. Unos quieren controlarlo, otros aniquilarlo, pero ambos concuerdan en que el modelo liberal de estado resulta opresivo sobre gran parte de la  población, coartando sus libertades y abusando de ellos en favor de una minoría empoderada. Ante tal situación, creen ver la solución en derrocar a las formas de poder centralizado, generalizando así el control sobre los diferentes aspectos de la sociedad entre toda la población, hasta que finalmente la nación pueda gestionarse a través de la cooperatividad interpersonal, sin la mediación de ningún órgano de poder externo.
¿Pero que ocurre cuando esas espadas se vuelven unas contra otras y empieza así un duelo a muerte?
Resulta paradójico que las personas que defienden con tanto ahínco la coopertividad y la interacción humanas, teniéndolas como una de las bases de su sistema ideológico, hayan sido de los grupos menos coopertivos entre si. Si afinamos la  vista y entornamos bien los ojos, podremos ver que, detrás de toda reivindicación social, todo activismo, todo acto revolucionario, ha sido motivado no por  la  defensa de la libertad  o los derechos, sino por la imposición de una ideologia,  de una forma particular de entender la  libertad, la  economia, el  comercio y demás aspectos sociales. Todo sistema doctrinal parece ser la  representación del ego de sus miembros, de su forma concreta de entender ciertos aspectos de la realidad, encubierta bajo conceptos como "derechos" "libertad" y demas. Toda batalla  ideológica es, al fin y al cabo, una batalla de egos.
Esta tendencia inconsciente a imponer valores propios y no a defender los conceptos antes mencionados se expresa claramente en la caracteristica expuesta al principio del escrito: la imposibilidad de la  izquierda a unificarse frente a un enemigo común. Porque, si lo que verdaderamente querían era justicia, ¿por qué no  se aliaron para conseguirla, aunque solo fuese de forma parcial?
Esta discordancia tiene uno de sus mayores ejemplos en el  desarrollo de la  primera internacional, que tuvo que ser disuelta a falta de consenso entre bakunistas y marxistas, los cuales fueron incapaces de llegar a soluciones efectivas a causa de que no podian ponerse de acuerdo en materia ideológica, y yo digo  ¿No es esto anteponer un ideal a la vida? En vez de llegar a un concilio o de ceder en algunas de sus opiniones,  prefirieron seguir discutiendo en vez de organizarse frente a los abusos laborales  de la epoca; mientras multitud de personas se encontraban viviendo en una situación deplorable, trabajando  en condiciones nocivas para la  salud y siendo explotados de manera sistematica, ellos decidieron no tomar medidas efectivas organizadas, no se unificaron en favor de los derechos de estas personas ¿por qué? porque no ninguno quiso dar su brazo a torcer, y prefirieron no hacer nada antes de hacer algo  a  medias.
Si realmente lo que este colectivo  buscaba era  la liberación y la  mejora  de la calidad del vida del obrero ¿por qué se negaron a actuar en conjunto por simples diferencias organizativas? ¿no era acaso mejor, que mejor, no era acaso  lo justo el ayudar a este colectivo aun a costa de tener que renunciar a ciertos aspectos de su doctrina?
Cuanta egolatría hay en la politica, esta discordia entre izquierdistas puede rastrearse a lo largo y ancho  de la  historia, desde  la incapacidad del bando republicano Español durante la guerra civil  a unificarse frente al levantamiento militar, llegando incluso a pelearse entre ellos, hasta el fracaso en la unificación de la izquierda francesa de los años 70, que prefirió la preevalencia del partido Gaullista a llegar a un consenso entre ellos, los  ejemplos son muchos y hay de todos los tipos,pero dejan ver una cosa clara: los defensores de la cooperatividad son incapaces de cooperar entre ellos de manera efectiva, y yo creo que esto se debe a que ninguno de ellos lucha por la libertad, la  justicia o la igualdad, sino que luchan por su libertad, su justicia y su igualdad, poniéndolas por encima de las condiciones de vida de las personas que dicen defender, todo ideal es la expresión de un ego.

Marx, en el manifiesto comunista, acusa a los burgueses de querer forjar un mundo a su imagen y semejanza. Vaya,  porque sera que esto me suena...