Hace
un tiempo que se apareció ante mi mente una idea la cual, no solo acepte con
bastante entusiasmo y expectación, pues me parecía muy coherente he incluso
obvia (dejando de lado algunas ideas que mi idiosincrasia personal rechaza de por si, como idealismos o
teísmos), sino que además utilicé para construir gran parte de mis reflexiones
y razonamientos sobre ella. Esta escueta proposición dice así:
Todos los elementos constitutivos
de la psique tienen una base material, concretamente neurológica.
¿Qué quiere decir esto? Que todos los fenómenos de la
experiencia consciente e inconsciente de un sujeto(cualquier ser vivo con SNC),
sus emociones, sentimientos, ideas, recuerdos, gustos, su carácter y en
definitiva, todo lo que es a nivel mental, deriva de una estructura material:
El sistema nervioso central.
Como ya he dicho, creo que es una proposición bastante
aceptable y coherente, a la cual solo podrían oponérsele un par de objeciones:
-Alguna objeción de corte teológico, de que la mente es
parte de un alma inmaterial y por tanto
no depende del cuerpo. Pero este tipo de objeciones, viniendo de las corrientes
que sean: Cristianas, budistas, teistas y demás escuelas de pensamiento que
afirmen la existencia de un alma inmaterial, entran fuera de mi consideración
debido a mis propias creencias, pues yo no creo en la existencia de ningun tipo
de energía y ente suprasensible, para mi todo es cuerpo, y eso creeré mientras
se demuestre lo contrario (cosa que las citadas corrientes no han conseguido)
-La segunda objeción que se podría hacer seria acerca de
la naturaleza de la psique, diciendo que esta puede ser una entidad inmaterial
desligada del cuerpo, un dualismo
cartesiano donde mente y cuerpo, aunque se interrelacionen entre si, son al fin
y al cabo, sustancias diferentes. Esto nos lleva a una consideración ontológica
de la psique ¿Qué es la psique? Lo sabemos muy bien, pues no solo tenemos una,
sino que además somos una, nosotros
somos nosotros en la medida en que somos conscientes de ello, el cogito ergo sum se nos presenta en su
máximo esplendor. Pues pensemos, ¿Qué es
la mente? No queremos ponernos muy técnicos, pero creo que todos convendremos
en que en la mente hay ideas, recuerdos, intenciones, idealizaciones y una
multitud de elementos y funciones que se organizan en ella para configurarla.
Contemplando estos elementos y reflexionando sobre su naturaleza nos surge esta
pregunta ¿Estos “objetos” que pueblan mi mente, existen realmente, como me
parece existir el mundo externo, o son solo obra de mi mente, como la
proyección lo es de un proyector?
Este debate no es algo que se pueda resolver en diez ni
el diez mil paginas, es un debate que ha marcado la historia del pensamiento
desde sus orígenes, y no esperamos darle respuesta definitiva aquí. Platon vs
Aristoteles, La polémica de los
universales en el medievo, la antítesis idealista/materialista, la disputa por
la cuestión ha sido larga, tediosa y no podemos asegurar que pueda resolverse.
Lo que si que parece es que, en los últimos tiempos la respuesta se ha
inclinado más por el lado de que estos elementos de la psique, no tienen una
existencia objetiva, sino que son producto de unas estructuras
fisiológicas concretas. Los grandes avances en
neurología ( y los pocos avances en las corrientes filosóficas o esotéricas que
defienden los contrario) que cada vez va descifrando mayores secretos del
cerebro y de como este se encarga de nuestras facultades mentales, hacen que yo
me incline por esta idea materialista, a saber, de que toda explicación de la conducta tiene una fundamentación neurológica.
Una prueba muy fuerte de esto es un tema del que hablare
en otro escrito, lo que yo llamo la
reducción neurológica de las ciencias sociales: Neuroeconomía, neuroética, neurosociología,
nueropsicología y una larga lista de disciplinas que estudian la conducta de
los individuos que están subordinando
sus estudios al campo de la neurología, algunos alcanzando resultados increíbles.
Esto quizá no garantiza que la mente sea exclusivamente producto del cuerpo,
pero si que tienen una relación muy estrecha, y en vista de la poca fuerza que,
a mi parecer, tienen los argumentos que defienden la diferencia ontológica
entre mente y cuerpo, frente a la fuerza y coherencia que afirman lo contrario,
yo me decanto por estos últimos.
¿Qué consecuencias podemos sacar de aquí? Aún es pronto para poder asegurar nada, es un
campo nuevo donde aún queda mucho
por descubrir, pero aceptando la idea
propuesta en el texto y viendo como se
esta produciendo una reducción neurológica de las ciencias sociales, creo poder
afirmar que nos acercamos a una época “neurologista” en el campo de las ciencias sociales, de la misma forma
que se produjo a principios del
S.XX un periodo “fisicalista” donde
se consideraba a la física como la ciencia por excelencia, gracias a los
avances del relativismo y la teoría cuántica. Se tratara de explicar todo
fenómeno que implique sujetos cognoscentes
mediante estudios neuronales; el
individuo se reduce a la neurona.
Seguiremos hablando de esto mas tarde, pero la parte
teorica es solo la punta del iceberg,
pues de ser cierta la idea del texto (y yo creo firmemente en ella) ¿Qué
implicaciones tendría?
Es imposible pensarlo:
Modificaciones cerebrales, implantes neurológicos, control de emociones,
de recuerdos, de ideologías, de las regiones del cerebro que producen placer,
dolor, la posibilidad de, conociendo la base material de la conciencia, las
estructuras neuronales, poder conectarla a otro cuerpo o incluso, a una red. Se viene una buena época
para los transhumanistas...
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