martes, 10 de abril de 2018

El marxismo y la sociología II

II

En la publicación anterior terminamos hablando sobre las dificultades con las que se encontraba el marxismo al tratar de explicar algunos fenómenos sociales surgidos a principios del S.XX. Otras dificultades surgían desde el seno mismo de la sociología, pues tras casi un siglo desde el nacimiento de esta disciplina, sus construcciones teóricas, tanto las provenientes del marxismo como de otras corrientes de pensamiento, habían demostrado ser bastante endebles y poco precisas a la hora de describir y predecir el cambio en las sociedades. A esto se unía un aumento del número y complejidad de los elementos presentes en las sociedades occidentales, nunca antes visto en la historia y que continúa a día de hoy.

Bernstein, que se consideraba a si mismo positivista, trato de dotar a la teoría marxista de un carácter científico:

“…Mi modo de pensar debería convertirme en miembro de la escuela positivista de filosofía y sociología. Quisiera que se tomase mi conferencia Como es posible el socialismo científico como prueba de esta actitud mía…” 1

Esta concepción cientificista del marxismo fue la predominante durante finales del S.XIX y principios del S.XX, siendo adoptada por muchos pensadores y organizaciones, como la segunda internacional. Esta forma de entender el marxismo otorgaba a sus teorías la misma categoría que podían tener las de otras ciencias empíricas, como la física, de modo que se tendía a creer en un “determinismo económico” donde la transición al comunismo se veía como un hecho necesario e inevitable, que ocurriría a causa de unas leyes históricas que guiaban el curso de las sociedades, a la manera en que las leyes naturales determinan el curso del mundo físico:

…La sociedad burguesa trabaja tan esforzadamente en su destrucción que no tenemos más que esperar el momento en que recoger el poder que cae de sus manos (…) Es más, estoy tan convencido de que la realización de nuestros objetivos está tan cerca, que estoy seguro de que solo unos pocos de los aquí presentes no llegarán a vivirla” 2

Hemos dicho que Bernstein trato de poner en consonancia la teoría marxista con los cambios ocurridos en las sociedades occidentales, pero sería otro grupo de intelectuales los que desarrollarían con mayor profundidad la concepción del marxismo como una ciencia social, profundizando también en cuestiones éticas, los llamados austromarxistas, cuyas figuras más destacadas son Max Adler, Otto Bauer y Karl Renner. El propio Bauer describe así los rasgos fundamentales de este grupo:

… Si Marx y Engels partieron de Hegel, y los marxistas posteriores del materialismo, estos “austromarxistas” tomaban a Kant y Mach como fundamentos de reflexión. Al mismo tiempo, tuvieron que polemizar con la escuela austriaca de economía, lo que ayudo a conformar su método y estructura intelectual. Finalmente, en una Austria desgarrada por las luchas nacionales, tuvieron que aprender a aplicar la concepción marxista de la historia a un complicado conjunto de fenómenos que se resistían a ser analizados mediante un uso superficial o esquemático del método marxista” 3

Las aportaciones más importantes de este grupo de pensadores se encuentran en su análisis lógico del marxismo como teoría sociológica y la extensión de su capacidad explicativa a nuevos fenómenos sociales surgidos en su tiempo.
Max Alder defendía que Marx había sentado las bases para una sociología científica con su noción de “humanidad socializada”4 y que con ello posibilitaba la unificación de naturaleza y sociedad en el seno de un sistema de explicaciones causales. Paralelamente  a esto, decía que dicha teoría era compatible con la filosofía kantiana, siendo la obra de Marx una “crítica”  en el sentido kantiano de la palabra, critica mediante la cual podía formarse las categorías para comprender al hombre como ente socializado.
Pero Alder se distancia del kantismo en la medida en que no considera que el mundo de los acontecimientos naturales y los hechos sociales sea diferente al mundo de los juicios morales.
La filosofía kantiana había considerado que la reflexión ética era independiente y autónoma del mundo fenoménico, es decir, del mundo natural y social, perteneciendo más bien al plano del noúmeno, de la cosa en sí. De esta manera los juicios éticos eran independientes del contexto social, universalmente válidos y con autonomía respecto a la realidad sensible.
Frente a esta idea, que era aceptada por todo neokantiano, quienes consideraban que el marxismo necesitaba ser completado con una filosofía moral, Alder defendía que en la teoría marxista ciencia y ética se encontraban entremezcladas:

“…El mecanismo causal de la historia queda directamente transformado, mediante su comprensión científica, en una teleología, sin verse afectado por ello en su determinación causal. Basta con que el conocimiento científico de una determinada situación social se incluya, como causa, en ese mecanismo causal (…) Así, surge por fin la posibilidad de realizar una de las viejas quimeras filosóficas, el ideal de una política fundada en la ciencia, una técnica científica de la vida social…” 5

Es decir, una vez conocido científicamente el mecanismo que determina el devenir histórico, este mecanismo se convierte automáticamente en una teleología, en un principio por el que regir la conducta humana, pues al ser una ley científica y por tanto necesaria, nadie puede escapar de ella y sus consecuencias se realizaran lo queramos o no; se resalta así la función teórico-practica del marxismo, presente desde sus orígenes como una filosofía de la praxis "hasta ahora los filósofos han estudiado el mundo, ahora se trata de transformarlo". De manera que para establecer normas de comportamiento debemos basarnos en estas leyes que determinan el cambio histórico, solo conociéndolas, tomando conciencia de ellas y adaptándonos a su cumplimiento podemos formular juicios éticos universales y guiar nuestra conducta de manera verdaderamente autónoma (Aquí Alder, cual Spinoza moderno, nos habla de la libertad como una conciencia de necesidad)




1. Eduard Bernstein My years of exile: reminiscences of a socialist 1921

2. Acta del congreso del partido socialdemocratico alemán de Erfurt de 1891

3. Otto Bauer Austro-Marxismus publicado en 1927 en el periódico Arbeiter-Zeitung

4. “El hombre es, en el sentido más literal, un Zoon politikon [animal político], no solo un animal social, sino un animal que sólo puede individualizarse en la sociedad” Karl Marx introducción a la crítica de la economía política 1857

5.  Max Alder El aspecto sociológico de la teoría de Karl Marx 1927

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